Creo que ni el mejor guionista de Hollywood hubiera imaginado una historia tan retorcida como la que está aconteciendo por estos días en mi bendita Argentina.
Por si usted estimado lector no es nativo Argentino, o aún siéndolo no está al tanto de la realidad le hago un breve resumen de los pocos hechos concretos que se conocen hasta el momento.
Viene un señor fiscal de la nación e investigador de la causa AMIA y denuncia a la Sra. Presidente de la Nación y a un par de muchachos más.
Entre idas y vueltas, entrevista va, entrevista viene, este señor se muestra decidido a marcar un quiebre en la historia política Argentina. El país no habla de otra cosa, el viernes anterior a su declaración del día lunes se tejen tantos supuestos como personas hablando del tema.
Parece que se va a jugar la final del mundial, todos opinan, el periodista, el verdulero, la vecina que barre la vereda, ni hablar de los tacheros... y a mi, a mi no se me ocurre mejor idea que irme de mini vacaciones al medio de la montaña el fin de semana.
Llego el lunes, prendo la PC, y casi por inercia abro un diario local.
Primero leo el titulo, "Conmoción por la muerte..." y hasta ahí llegaba el titulo en la pestaña del navegador. Un poco asustado y ansioso abro a pantalla completa y al enterarme de que ese señor que había puesto en jaque la estabilidad de la política argentina yacía sin vida en alguna morgue varias sensaciones recorrieron mi cuerpo.
Por empezar me sentí sorprendido, asustado, incrédulo y un par de cosas más.
Todo eso sin empezar a ver la sarta de barbaridades que empezaron a decir de un lado y del otro (si señor lector, este país está divido en dos).
Primero que se suicidó, deducción que les llevó unos 30 segundos. A los tres días que lo mataron, y al quinto que las pruebas no son concluyentes de nada.
Sinceramente este país es de película, pero lamentablemente ya dejó de ser una comedia, ni siquiera califica como drama, este país si estuviera en un video club, estaría puesto adyacente a la trilogía de Al Paccino.
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